domingo, 15 de marzo de 2009

Fin

Estamos encadenados en el destiempo
de los días aciagos.
Entre el amor y el odio
entre la violencia del hoy
y la añoranza del ayer.
Entre los recuerdos de la infancia
y el despliegue otoñal
de nuestra agonizante
melancolia eterea
En el aroma de las pieles
que en nombre del amor
nos solicitan.
Y seguimos solos
sin encontrarnos
Solo esperando que un manto
eterno e invernal nos cubra
Somos en este juego de la vida
una triste utopía.

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