Los poetas se nutren de ternuras ajenas,
se deslizan en silencio deshojando sentimientos,
pasarelas de fantasmas recorren sus miradas
perdidas.
Los poetas enloquecen en soledades,
en besos descompuestos
y en lunas llenas.
Afloran como estrellas;
disminuyen el peso de ausencias dolorosas,
denuncian injusticias
construyen utopías.
Son besos de fuego y fría escarcha
son almas sedentarias con sueños nómadas.
Se reconcilian con la vida
y se desentienden de la muerte.
Plasman el amor en gotas de lluvia ,
deshojan los árboles otoñales en nostalgias
y visten de corazones las primaveras.
Son los que llevan la milenaria historia
de la desnudez onírica.